Es un proceso terapéutico orientado al cambio. Primero, el psicólogo clínico evalúa la problemática que motiva la consulta y las diferentes áreas en la que se desenvuelve una persona. Luego, diseña un plan de intervención que procura su bienestar a través de técnicas psicológicas.

Las personas asisten a terapia cuando experimentan un malestar constante y significativo que dificulta realizar las actividades de la vida cotidiana como: estudiar, trabajar, relacionarse con la familia, amigos o disfrutar del tiempo libre, entre otras. También, cuando se quiere profundizar, aclarar o resolver situaciones presentes o que han ocurrido en el pasado.

No establecemos un mínimo o un máximo de sesiones debido a que la atención personalizada hace que la duración de la terapia sea variable. Junto al consultante acordamos cuándo finaliza según los logros alcanzados y el grado de bienestar de la persona. Solemos programar una sesión semanal.

A modo de ejemplo, la Psicoterapia Individual suele tener una duración promedio de quince (15) sesiones, en las que se logran ajustes que favorecen el bienestar del consultante. Sin embargo, de acuerdo al motivo de consulta y la gravedad del mismo, pueden ser necesarias más sesiones. Los cambios más importantes en la vida suelen tomar tiempo y esfuerzo.

El psicólogo y el consultante establecen un diálogo en el que se garantiza la confidencialidad de la información expuesta. Invitamos a las personas a que expresen libremente las situaciones que las aquejan, y hacemos preguntas orientadoras y señalamientos que ayudan a explorar los problemas percibidos. El objetivo del proceso es ayudar al consultante a comprender la situación que genera malestar, identificar diversas alternativas y tomar decisiones para su vida.